Intento llamar su atención
retorciendo su corazón.
Intentanto nadar
contra el mar y el huracán;
y anhelando volar
me tiré por el balcón:
Ahí murió Peter Pan.
Ahora soy el coco, la garduña,
mato por cebo de niño, ando loco
y me alimento de mis uñas,
me corto contra el sofoco.
Soy la mentira, el talibán;
soy la verdad del dinero,
soy de la ciudad el alquitrán
del cielo y los ceniceros.
Soy la oscuridad. El miedo
que roba la fe y el credo:
No existe otra ambiguedad
ni más allás, ni cielos:
Solo vacío durmiente, soledad
callada en un bloque de hielo.
Soy la sangre derramada
de tus brazos a tu cruz,
soy la ribera quemada,
la calidad del ataud.
Un ave se posó en su azotea
y no quiere que la vea.
Si quiere ser libre
que lo sea.
No soy nudo de mimbre
ni amante de la pelea:
Tiro la toalla. Suene el timbre.
Ahora soy la paz y el sosiego,
la alegría del sol, tierna faz
que pide fuego, con el ego
subido y sagaz.
Intento llamar su atención
improvisando una canción.
Acariciando el compás
de mi pecho y de mi voz,
de repente asomarás
dando una coz
y el pentagrama se romperá.